Espectacular.... el viaje; preciosa... la ciudad. Así podemos calificar este viaje. Sólo pasamos 4 días (tres noches), pero fue lo suficiente para que la nos embaucara la magia que tiene Toledo.
El hotel que elegimos fue el Eurostars Toledo , un hotel de 4 estrellas ubicado a solo 15 minutos caminando del casco antiguo de Toledo. A tan solo 5 minutos se encontraba el Toletum, el centro de recepción de turistas. Cabe decir, como anécdota, que el hotel nos costó un rato encontrarlo, pero todo fue por culpa de unas obras de remodelación de la calle por la que se accedía al hotel, pero al final lo conseguimos. La calidad precio del hotel es muy buena. El precio de la habitación doble en régimen de solo alojamiento nos costó las tres noches 156 euros.
El hotel tiene parking propio, pero la verdad es que la zona donde se ubica el hotel es residencial, y existe bastante espacio para aparcar el coche en las calles adyacentes, ya que el parking del hotel es de pago.
Practicamente, la ciudad nos la recorrimos en una tarde-noche. Nos encantó pasear por sus estrechas calles, ver sus impresionantes casonas... La Catedral de Toledo la visitamos el domingo por la tarde, porque es cuando es gratuita para los españoles. Tan solo con enseñar el DNI te dejaban pasar a visitar la Catedral.
Despues de llegar a mediodia al hotel, y acomodarnos, salimos a buscar un bar para comer, y después de ello decidimos recorrernos el casco antiguo por tal de tener una primera impresión de la ciudad y conocerla un poco. Como todo el mundo, accedimos a la ciudad por la Puerta de la Bisagra.
Aún así, entramos a ver una exposición sobre gladiadores que había en el Museo de Toledo. Paseando paseando por sus calles llegamos hasta el Alcazar de Toledo, el cual no pudimos visitar porque se encontraba de obras en aquel año; pero por lo menos, pudimos visitar sus jardines, desde donde se podia observar el Castillo de San Servando y el río Tajo.
Al siguiente dia, sábado visitamos la Puerta del Sol, desde la cual se tenia una vista inmejorable de la ciudad. Después de ello, seguimos paseando por la ciudad, y tras comer, decidimos volver al hotel a disfrutar de la piscina que tenia, para relajarnos y descansar de las caminatas que nos habiamos pegado.
Al dia siguiente, domingo, fuimos a visitar por la mañana la Sinagoga del Tránsito (es gratis sábados por la tarde y domingo por la mañana), un edificio enclavado en la juderia toledana. Después de visitar este lugar, a unos poco metros nos encontramos con la Sinagoga de Santa Maria la Blanca y con el Monasterio de San Juan de los Reyes (s.XV -XVI), éste último fundado por la reina Isabel la Católica. La entrada al recinto nos costó 2 euros por persona, y vale mucho la pena, ya que es de lo mejor que puedes visitar en Toledo y contemplar el arte gótico y mudejar.
Al salir, decidimos comprar unos bocadillos y unos refrescos y comer en un parquecillo que habia con vistas al río Tajo y al Puente de San Martín. Deciros que no os acerqueis al bar Reyes Católicos. Nos soplaron 4 euros por dos refrescos de cola en laaaaata... un robo. Después de comer, descendimos hasta el Puente de San Martín, y ya pegamos la vuelta a la ciudad, a la cual volvimos a entrar mediante unas escaleras mecanicas que han colocado junto a la muralla.
Por la tarde llegó el turno de la Catedral, edificio que empezó a construirse el 1226 y es de estilo gótico. Una verdadera maravilla el monumento, nos pasamos la tarde entera visitandola y admirandola. Es un pecado ir a Toledo no visitar esta impresionante catedral... de las mejores que hay en España.
Para finalizar, el último dia decidimos salir pronto de Toledo y de camino a Jaén, pasar por Consuegra y visitar sus molinos, y así hicimos.
En resumen, un viaje maravillo y que merece mucho la pena, y que de buen seguro volveremos a repetir.
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